La muerte de la modelo brasilera Ana Carolina Reston ha vuelto a poner en la palestra de los medios la problemática y triste enfermedad de la anorexia. Su sueño de pequeña de ser modelo se hizo realidad, sin embargo, tuvo que pagar con su vida todos los esfuerzos por mantener un estereotipo de delgadez extrema. A los 21 años llegó a pesar 40 kilos con un 1,74 mt de estatura. Llegó a comer durante sus últimos meses de vida sólo manzanas y tomates, siguiendo una dieta estricta por considerar que debía bajar de peso. Es difícil creer en que una enfermedad haga llegar a una persona a tal extremo, no obstante, ya es una situación presente y no tan lejana como nos gustaría.Esta verdad es una realidad para muchas jóvenes a lo largo del mundo (de hombres también, aunque su porcentaje aún es mucho menor), una obsesión alimentada por stándares de belleza cuya base habla de que para ser bella hay que ser extremadamente delgada, en desmedro de un entendimiento de que una figura estilizada puede ser también sana y, lograda a través del ejercicio.
En nuestro país las autoridades de salud aún no toman conciencia de la importancia de la creación de una campaña que ayudara a prevenir y atenuar los efectos de la anorexia (en algunos casos acompañados de bulimia), ahora es tiempo, en un par de años quizás ya sea una tendencia tan generalizada que una campaña comunicacional sería muchos menos efectiva para los chilenos. No cometamos el mismo error como con el SIDA, la anorexia puede comenzar a temprana edad al igual que la obesidad.. y en ninguno de los dos casos se han hecho muchos esfuerzos por parte de las autoridades... no esperemos que aquí ocurran más casos como el de Ana Carolina.
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